Vivir más es la aspiración del ser humano, pero esta debe acompañarse de buena salud para contar con calidad de vida. Eso no surge como decreto o mandato, ni tampoco a partir de un deseo o buena voluntad, la salud y la calidad de como vivirás, es algo que lo tenés que sembrar, regar, mantener y cosechar durante todas las etapas de tu vida tomando en cuenta las evidencias científicas más actualizadas, porque muchas veces lo que era bueno ayer no lo es hoy.

La idea es vivir más joven más tiempo, sabemos que entre el 85 al 90% de nuestras enfermedades provienen del estilo de vida que no es más que el hábito de vida o forma de vida, es un conjunto de comportamientos o actitudes que desarrollamos las personas, que a veces son saludables y otras veces son nocivas para la salud. Sin embargo, a pesar de tener el control mayor de la salud sobre nuestras manos, dar el paso no es sencillo, basta ver la epidemia de la COVID-19 en nuestro país con miles de fallecidos innecesariamente y aún no cumplimos con las medidas de prevención por el gobierno, la sociedad civil, la comunidad, la familia y el individuo.

Por ejemplo, el 75% de los accidentes cerebrovasculares conocidos como derrame en Nicaragua, son prevenibles teniendo un estilo de vida saludable. Debemos vivir con mejor salud lo más largo posible, pero esto se gana, se trabaja, no sale por sí solo.  Existe una ciencia llamada Epigenética, que demuestra que los estilos de vida activan genes problemáticos que de otra manera estarían dormidos, los genes son la unidad física y funcional básica de la herencia. Y actualmente, uno puede hacerse una prueba genética de salud, que te orienta sobre las posibles enfermedades a presentar por la herencia, que es un elemento no modificable, a diferencia del estilo de vida o tu comportamiento que sí lo es y ahí radica tu poder para decidir sobre tu salud y tu vida.

Si se te encuentra que presentas una predisposición a tener un cáncer de próstata o mama por tus antecedentes familiares, esto indicaría por ejemplo que tendrías un riesgo de un 40%, pero tu estilo de vida puede subir ese porcentaje hasta 10 veces más o no dejar que se exprese la enfermedad en tu cuerpo.

Dicho esto en otras palabras, tu herencia de mala salud para un problema específico podés controlarla siempre y cuando tomés las medidas necesarias y ajustes tu comportamiento para evitar que factores del medio ambiente incidan en que ese gen se despierte y te afecte, por eso los factores de riesgo como comer no saludable, poca actividad física, la obesidad y sobrepeso, el estrés crónico, tabaquismo o fumar,  dormir poco y abusar del alcohol llevan a muerte prematura, entonces estos son los que tenés que evitar, los que todos tenemos que prevenir que no nos ocurran. Recordemos que salvar una vida inicia con prevenir la enfermedad.

Después de los 60 años la salud comienza a decaer, la enfermedad crónica a multiplicarse, como son la enfermedad del corazón, accidente cerebrovascular, demencia, diabetes y cáncer, pero también puede aparecer antes, por eso es vital invertir desde tempranas edades, y si hasta ahora lo haces, bienvenido pues siempre ayuda. Es importante estar claro que no es una sola actividad la que te ayudará a mejorar tu calidad de vida, es la combinación de múltiples actividades, son pequeños pasos constantes con los que puedes vivir, reemplazando los hábitos que te ponen en riesgo por otros nuevos y saludables y como todo, ponerte tus pequeñas metas que pueden ser cumplidas, para que te motive a colocarte más metas y logres un estilo de vida diferente y más saludable, porque sí lo podés hacer.