Cuando hablamos de la celebración del día Internacional de la mujer, tenemos que hacer un alto y valorarla en toda su dimensión.

Son nuestras abuelas, madres, tías e hijas y la mujer nicaragüense, es el pilar o la columna vertebral de nuestra sociedad. Es la mujer pencona, capaz de sacar una familia adelante por sí misma, de llegar a sacrificios enormes por sus hijos e hijas, hasta los más pequeños, que se notan cuando observamos que es la última en comer.

La mayoría de ustedes estarían de acuerdo conmigo, sí no hubiese sido por su madre, no serían técnicos o profesionales. Una madre lo es para toda la vida, por supuesto existen excepciones, ya que no todas las mujeres deben ser madres, eso es una decisión individual o de pareja. Y también están las mujeres que deciden no ser madres pero que aportan mucho a nuestra sociedad.

Nicaragua está llena de heroínas, no reconocidas y se nos mueren por enfermedades evitables porque la sociedad lo ha permitido. Muchas de las que sobreviven continúan siendo madres bisabuelas, abuelas o sea triple o doblemente madres sin dejar de cumplir su papel doméstico o laboral como mujer nica.

La primera causa de muerte de la mujer nicaragüense es el cáncer cérvico uterino, es 100% prevenible, ¿por qué entonces se nos mueren?; Nicaragua tiene el riesgo más alto en américa latina de embarazos en preadolescentes de 10 a 14 años, no hay ni 10 acusados por violación, ¿por qué no se exige la prueba de paternidad y se castiga a los culpables? O es que para usted una niña de esa edad ¿es correcto que quede embarazada? Seguimos con salarios y cargos más bajos para las mujeres, violencia doméstica y sexual y como que nada pasa. ¿Por qué?

Por lo tanto, la sociedad y el gobierno deben preocuparse por hacer público el problema que nuestras mujeres poseen. No con discursos ni con palabras bonitas, si no con compromisos claros y sus resultados medidos públicamente, como exige la transparencia del poder.

Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de morir a causa de un ataque al corazón, de mostrar signos de depresión y ansiedad, las enfermedades de transmisión sexual pueden ser más graves en las mujeres, las afecta más la osteoartritis, infecciones del tracto urinario y por supuesto la desnutrición, anemia, maltrato, violencia, menos salarios y discriminación en todas las áreas y abusos de poder en todos lados, en sus empleos y especialmente en mujeres migrantes y las que están en las cárceles. Los invito a pensar, a reflexionar qué puedo hacer yo, mi familia y mi comunidad para poder cambiar este panorama, al menos te diría, empieza por casa.